Dicen que en una de sus reuniones, Stalin solicitó que le trajeran una gallina. La agarró fuerte con una mano y con la otra comenzó a desplumarla. La gallina desesperada por el dolor, intentó fugarse, pero no pudo. Así logró quitarle todas las plumas y le dijo a sus ayudantes: “Ahora observen lo que va a suceder”. Puso a la gallina en el piso y de alejó de ella un poco y agarró en su mano un puño de trigo mientras sus colaboradores observaban asombrados como la gallina, asustada, adolorida y sangrando, corría detrás de Stalin mientras él iba le iba tirando puños de trigo y daba vueltas en la sala. La gallina lo perseguía por todos lados.
Entonces, Stalin mira a sus ayudantes, quienes estaban totalmente sorprendidos y les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. Vieron cómo me siguió la gallina a pesar del dolor que le causé. Así son la mayoría de los pueblos, persiguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les causan por el simple hecho de recibir un regalo o algo de comida para uno o dos días”.
Traducido a nuestra realidad, el regalo o algo de comida para uno o dos días, al que se refería Stalin, son los malditos y endemoniados 100 mil guaraníes que se pagan por cada voto además de las canastas básicas y asistencias, por única vez, médicas y odontológicas muy, pero muy básicas.
“Radio Imperio 103.1 FM, informando con objetividad al servicio de la comunidad”