El hombre guió a las autoridades del Ministerio Público, policiales, Fuerza de Tarea Conjunta, Antisecuestros y la SENAD hasta el lugar donde dijo haber estado “secuestrado” por miembros del EPP, según dijo que le dijeron,  en donde se encontraron innúmeras evidencias de que se trataba de un campamento para recepción y posterior en envío de drogas, ya que, además de un poco más de 446 kilos de cocaína, fueron encontradas pistas de aterrizaje clandestinas, camionetas, combustible, radios de comunicación entre otros elementos que dejaron en claro de que se trata de una gran organización criminal.

El venezolano, Carlos Javier Villasmil (29), pudo ubicar el lugar y guiar hasta el mismo a las autoridades, debido a que fue contratado junto con otros dos sujetos para trabajar en dicho lugar hasta que les dijeron que no había más trabajo, y al reclamar la paga por los servicios prestados, fueron maniatados de pies y manos para luego ser llevados hasta la ruta PY 05 en donde fueron liberados y advertidos, no sin antes efectuar disparos sobre la cabeza de los mismos,  de que si abrían la boca iban a pagar las consecuencias.

Por dicho motivo se supone que el extranjero consideró más conveniente seguir su rutina de limosnero junto a otros compatriotas suyos, por lo que se instaló en las calles de la vecina ciudad de Ponta Porã, Brasil, en donde fue aprehendido y posteriormente entregado a las autoridades paraguayas, ahora responsables directas de lo que le pueda llegar a suceder.

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