La niña B.M.A.G., de nacionalidad brasileña, que se encontraba sentada en compañía de su tío frente a un local comercial ubicado a una cuadra del lugar del atentado, según datos proporcionados por su abuela, Teodora A. Vda. de G., recibió en realidad dos impactos de proyectil, uno en el brrazo y otro que le destrozó la nariz y le desfiguró el rostro alojándose uno de los proyectiles en la nuca, presumiblemente el que le dio en el brazo, por lo que primeramente recibió los primeros auxilios en el Hospital Regional y luego fue trasladada al Hospital Regional de Ponta Porã desde donde fue derivada a la ciudad de Dourados donde fue sometida a una cirugía reconstructiva e internada en Terapia Intensiva, aunque según dijeron los médicos tratantes, su vida no corría peligro.
La abuela de la niña se quejó del procedimiento de la Policía, que al parecer estaban más preocupados en hallar un supuesto maletín con una fuerte suma de dinero adentro, denunciado por la esposa de la víctima fatal. La queja radicó en el hecho de que nadie se preocupó por lo sucedido con la niña, ya que ni siquiera aparecieron para saber la suerte que corrió la misma, limitándose apenas a brindar un tipo de información más fácil y rápida, mal informando que la niña recibió apenas un disparo “de refilón” en la nariz, cuando en realidad estuvo a punto de morir asesinada por sicarios que ya ni siquiera miden los efectos colaterales que puedan ocasionar sus criminales actos.
Informe: David León Rojas